Abstract:
El aumento de grandes incendios puede inducir importantes cambios en el paisaje forestal. En Cataluña, destaca la disminución de la superficie ocupada por bosques de pino laricio (P. nigra), y su sustitución por extensas masas mixtas de roble (Q. cerrioides) y encina (Q. ilex), favorecidas por la vigorosa capacidad de rebrotar de estas especies. Ante este nuevo escenario ecológico será importante
valorar la capacidad de respuesta de estas masas a la reiteración de perturbaciones, así como evaluar que tratamientos silvícolas podrían aplicarse para su progresiva conversión de monte bajo a monte alto. La aplicación de diferentes combinaciones de perturbación, con varias frecuencias y en diferentes
épocas del año, ha puesto de manifiesto una elevada supervivencia en ambas especies, así como la disminución en su recuperación cuando aumenta la reiteración de perturbaciones y/o estas se producen a finales de verano, la estación de máximo estrés fisiológico. La aplicación de un resalveo moderado, conservando 2-4 resalvos por cepa, se ha mostrado como la mejor alternativa de manejo puesto que con él se consiguen niveles de estimulo del crecimiento y de la producción de bellotas similares al de tratamientos más intensos, pero un menor desarrollo de nuevos rebrotes no deseados.